Hay personas que no merecen ese término.
Son algo peor. El caso del que os hablo hoy es un ejemplo.
Jueves 16 de junio, 22.00 horas, Cartagena (Murcia). Dos voluntarias de la asociación de perros abandonados ‘El Portalico’ reciben un aviso:
hay tres perros en una poza de asfalto en medio del campo. Cuando llegaron allí encontraron a tres cacharros en un estado lamentable,
habían tragado petróleo y ni tan siquiera podían abrir la boca. A medida que se hacía la noche y bajaba la temperatura, el chapapote se solidificaba y
cada vez era más difícil sacarlos de aquel pozo, pero lo consiguieron. En seguida les trasladaron a una clínica veterinaria de guardia y ahí empezó el trabajo por salvar su vida.
Nada pudieron hacer por uno de ellos que murió esa misma noche. Tres largas horas y cuatro mujeres luchando por dos cachorros envueltos en petróleo. Afortunadamente la historia para ellos terminó bien, al menos de momento. Hoy se encuentran perfectamente aunque
su futuro es imprevisible por la cantidad de petróleo que han tragado.
Hoy
la Guardia Civil busca al responsable de esto. A esa persona a la que ya simplemente el término le queda grande.
Espero que sea cuestión de horas. Por otro lado, la asociación compartió la historia en su página de Facebook y ha conseguido convertirse en viral.