Miedo
Interesante lectura de un libro llamado ‘Cuando todo se derrumba’, de Pema Chödrön. Nunca he creído que existieran, pero de un tiempo a esta parte
estoy dando con obras que te proporcionan herramientas para entender un poco mejor de qué va el mundo. Y una de ellas es ésta. Habla, entre otras cosas, de lo que luchamos por tenerlo todo bien atado cuando en realidad tendrían que educarnos para saber que nada dura para siempre. Que todo cambia de manera incesante y que tenemos que estar preparados para que cuando eso se produce la vida no se nos lleve por delante. Habla también del miedo que nos produce la aparición de ese sentimiento cuando tendríamos que verlo de otra manera: nos ofrece la posibilidad de saber contra quié estamos luchando y enfrentarnos a ello.
La lucha de Terelu
Me impresionó ayer la entrada en el ‘Deluxe’ de Terelu. Antes de bajar las escaleras le temblaban las piernas de una manera que me asusté. Ya en el centro del plató comenzó a llorar con tanta intensidad que le fallaba la respiración. A lo largo de la entrevista,
Terelu desgranó el durísimo proceso que había superado y que rompió cuando habló de su madre y contó que durante las curas la veía a través del biombo porque no quería que se le quedase en la memoria el recuerdo de esa parte de su cuerpo mutilada. Terelu se ha sometido a una operación dura, pero es que además ha tenido que luchar contra complicaciones imprevistas. De todo lo que nos contó me quedo con un mensaje: que pase lo que pase hay que seguir luchando. Que el dolor amaina y que cuando menos te lo esperas siempre acaba floreciendo una ilusión. La vida poco tiene que ver con lo que nos habían contado.
Gran Canaria
Abandono mi helado hogar y después de dos horas y veinte de vuelo
aterrizo en Las Palmas de Gran Canaria. Qué gusto de calor. Estoy convencido de que acabaré en estas tierras más pronto que tarde. Por ahora paso bastantes tardes estudiando las ofertas inmobiliarias de la zona. Qué caras están las casas. Pero cómo no lo van a estar en el paraíso. Por la tarde actuamos en el Gran Canaria Arena ante más de dos mil personas y al acabar nos regalar el ‘Pío Pío’, síntoma inequívoco de que han disfrutado con el espectáculo. La semana que viene nos toca Tenerife, donde estaremos en el Auditorio el domingo y el lunes.
Esta mañana, el periódico La Provincia nos ha dedicado una crítica maravillosa y al leerla he sufrido una punzada de melancolía. He soñado durante meses con la actuación de ayer y al final todo ha pasado tan rápido… Es lunes por la mañana y vuelvo a estar en el aeropuerto. En el vuelo de vuelta, una feliz coincidencia. Viajo al lado de Lola Herrera, que viene de triunfar en la isla con ‘Cinco horas con Mario’. Yo la vi hace treinta años en Barcelona y guardo todavía un autógrafo que me firmó tras la representación. Le queda gira hasta la primavera del año que viene —como mínimo— y no me extraña porque ya es un clásico de nuestro teatro. Lola es divertida y cariñosa. La admiro desde hace muchísimos años. Le confieso una inquietud profesional y me brinda un consejo muy de madre. “Es que soy madre”, me recuerda riéndose. Tendré que hacerle caso.
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