Espero hasta el jueves para empezar a escribir este blog. Creo que hoy doy gracias porque la noticia de la marcha del rey emérito no me haya pillado trabajando en la tele. Conociéndome, habría pedido referéndum sobre la monarquía inmediatamente. Hoy, después de leer informes y opiniones de uno y otro bando, llego a la conclusión de que entiendo a las dos partes. No creo que sea el momento para cuestionarnos la monarquía. Habrá quien diga: «Es que nunca es el momento». Y tiene razón.
Lo que es un problema es que tras varias crisis económicas y una pandemia exista una institución tan poco transparente como la monarquía. Llamándole ‘rey’ o ‘relaciones públicas deluxe», yo qué sé. Los que me estorban son los cortesanos que han aparecido ahora rasgándose las vestiduras porque las críticas contra el emérito arrecien y haya decidido —o le hayan decidido— largarse de España.
Reconozcámoslo: el emérito tiene mala defensa. Pero como según recoge El País fue el mismo emérito el que le dijo a un amigo que la gente de menos de 40 años lo recordará por ser «el de Corinna, el maletín y los elefantes».
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