Paso el martes en Las Palmas de Gran Canaria promocionando la gira que me llevará el trece de enero al Gran Canaria Arena y el veinte y veintiunoal Auditorio de Tenerife.
En Canarias, me siento como en casa, muy querido. Yo también les quiero. Muchos momentos de felicidad vividos a lo largo de estos cuarenta y ocho años tienen que ver con estas islas.
Fines de semana divertidos en Maspalomas, carnavales en Tenerife, saborear las mieles del amor en Lanzarote. Mientras en Madrid se pelaban de frío, hoy me paseaba por Las Palmas de Gran Canaria en manga corta y me sentía hasta más joven. El buen tiempo me rejuvenece. El frío me vuelve más reservado y un poco triste. Cada vez lo soporto menos.
Aparte del clima de Canarias me encanta su gente. Amable, muy cariñosa, cercana, cuando me llaman “mi niño”, me derrito. Y cuando utulizan el diminutivo siento que un cosquilleo recorre todo mi cuerpo. Escribo en el avión de vuelta a Madrid pensando lo que me queda antes de irme el viernes de vacaciones. Y no es poco: la final de ‘GH VIP6’, dar carpetazo a una edición que se ha convertido en todo un fenómeno.
Hoy, en una entrevista, me han preguntado quién quería que ganara. Y he estado a punto de decir que cualquiera de los tres finalistas me servía, pero no es verdad. Pese al cariño que le tengo a Suso, no se merece ganar este concurso. La vida le ha brindado la oportunidad de trabajar en la televisión. Toca luchar por seguir manteniendo su puesto. Tiene delante un reto importante y estimulante.
Y ahora sí:
tanto Koala como Miriam son buenos ganares de ‘GH VIP6’ aunque intuyo que la peruana se va a llevar la victoria de calle. Y se la merece porque ha sido una concursante extraordinaria. Cuidado con Miriam porque tiene manera de aguerrida colaboradora. Si se lo toma en serio, puede llegar a hacerse un huevo en el intricado universo de ‘Sálvame’.
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